La candidatura de Pujayo mereció ser la gandora del Premio de esta edición, al haber sido la que mejor ha conseguido adaptarse a los objetivos del Premio, por el interés que han demostrado sus vecinos en el cuidado de su pueblo y la calidad de las actuaciones realizadas y el proyecto presentado.

Pujayo es un pueblo que supo mantener su estructura, sus barrios y su entorno de una manera sostenible y respetuosa con el entorno y con sus tradiciones, sin que esto les hiciera perder de vista el objetivo de futuro para conseguir un pueblo adaptado a su tiempo sin dejar de mantener los valores de “un pueblo de los de toda la vida”.

El proyecto presentado fue una afirmación de sus tradiciones, de su carácter y de sus intenciones por conseguir el bienestar de sus vecinos y poner en valor estas cualidades, con el objetivo de mantener y mejorar su economía.